Querida hija, sé que te sorprenderá que estas palabras sean mías, pero escucha a tu corazón más que a tu mente, hace tanto tiempo que partí, pero para mí es como si tan sólo fueran unos instantes, aquí el tiempo no existe, pero aunque no lo creas te he observado en todos estos años, he visto cada logro y estoy muy orgullosa de cada uno de tus éxitos, eres una mujer muy valiente y segura de sí misma, nada te es difícil y ahí están tus cosechas, gracias a esa perseverancia y disciplina que te caracteriza.

Me hace muy feliz el poder ver cómo has ayudado a tantas personas a trabajar sus emociones, sus miedos, tu programa ha cambiado la vida de muchas personas, todas ellas te agradecen el que seas un ejemplo digno de admirar y de seguir, les has demostrado que no hay imposibles, todo está en creer, creer en el poder interno que tienen todas las personas para salir adelante, hacer a un lado las creencias y los juicios internos que limitan la creatividad y el sentirse merecedor de todo lo mejor, entre más dominen su mente y abran su corazón, avanzarán más rápido.

Soy feliz al escucharte en tus programas, ahí estoy algunas veces acompañándote entre risas y lecciones, pero por favor deja de decir «me quiero matar», tú más que nadie sabes el poder de las palabras, de esos pensamientos que a veces sin darnos cuenta nos hacen daño, deja de pensar en las enfermedades, aquello a lo que no le das importancia no existe, enfócate más en disfrutar cada momento de la vida, porque al final de esta, es lo único que nos llevamos al partir, así que suelta enojos, suelta rencores y ve ligera por la vida, que ella te seguirá sorprendiendo aún más con tantas bendiciones y tantas alegrías, te mando un enorme abrazo desde lo más profundo de mi ser, para que siga presente en tu vida como hasta el día de hoy lo he estado, te quiero mucho.

Isela Olvera


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *