Hoy volví a recordar lo que tenía tantos años que había olvidado, tantos años pero de pronto todo pasó frente a mí en instantes, toda la película de mi vida aquí me la han mostrado y entonces es cuando la conciencia que estaba dormida reacciona y se da cuenta que se olvidó de vivir, se perdió entre los egos de una mente dominada por los placeres mundanos, esta lucha de poder para tener, ¿tener qué?, si al final todo se queda, nada nos pertenece. Qué triste vivir así, terminé tan enfermo, lleno de culpas y resentimientos, de frustraciones y rencores, que mi cuerpo no podía ya más, la mente dominó mi vida y no pude abrir mi corazón para experimentar el amor, el amor que me hizo tanta falta, el amor propio a mi cuerpo, el amor a mi mente y el amor a todos los que me rodearon. Tenía todo para disfrutar más de esta vida, pero cargaba con muchos prejuicios, ideas tontas que no me dejaron ver más allá de mis ojos. Lamento tanto daño que causé, pero algún día también comprenderán que así elegimos todos vivir tal cual cada experiencia. Somos almas que danzan al compás de los miedos que rodean la mente joven que no quiere evolucionar, y así en un abrir y cerrar de ojos dimos paso para encontrarnos, para ser maestros y alumnos, víctimas y victimarios. Estas formas de experimentar, sentir dolor, impotencia, injusticia, abandono, tantas emociones estaban ahí para mostrarnos vulnerables, frágiles, poder dominarnos, vivir desde una conciencia despierta. Tendremos que seguir cada uno nuestro paso, nuestro ritmo. Afortunadamente tú, compañera todos esos años a mi lado, te lastimé, te hice ver que no valías, te dominé muchos años. Despertaste a tiempo, ahora comprendes, creaste tu cielo, tu infierno. Vivimos ahora diferente, has aprendido. Pude amarte, valorarte, respetarte. Ahí están tus cosechas, una vida plena, tranquila, enfermedades lejos. Te admiro, te felicito, saliste adelante a pesar del sufrimiento. Lo importante es que aprendiste a perdonar. Gracias por los hijos que tuvimos, diles que los amen, que aprendan de ti, que enseñen, que disfruten mucho, que compartan, que sean felices. Siempre los bellos momentos vividos, lo único que se lleva, estará en sus memorias. Lo bueno para recordar, lo malo para aprender. Deseo que donde quiera que estén, disfruten al máximo, vivan en unión, sin rencores. En vida fui verdugo a pesar del nivel de conciencia donde estaba. Hoy reconozco la energía que formamos parte. Les envío bendiciones. Sigan sus caminos con conciencia. Somos, aunque lo olvidamos estando en la Tierra.

Isela Olvera Ocaña


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